Probablemente hayas visto innumerables productos para la piel con vitamina C y te hayas preguntado por qué está ahí. Este poderoso antioxidante ha sido reconocido por sus propiedades inmunoestimulantes, pero ¿sabías que también es un arma secreta en la lucha contra el envejecimiento y el daño cutáneo? Desde reducir la apariencia de líneas de expresión y arrugas hasta aclarar manchas oscuras y mejorar la textura general, la vitamina C puede hacer maravillas en tu cutis. Pero antes de comprar cremas y sérums, es importante comprender los beneficios, usos y posibles riesgos de este popular ingrediente para el cuidado de la piel. En este artículo, exploraremos todo lo que necesitas saber sobre la vitamina C y cómo incorporarla a tu rutina diaria para lucir un cutis radiante y juvenil.
La vitamina C no es nueva en el mercado y, afortunadamente, su uso en la piel ha sido rigurosamente probado. A continuación, se presentan algunas propiedades de la vitamina C con respaldo científico:
1. Es un antioxidante:
Nuestra piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo, nos protege a diario de factores ambientales estresantes como la contaminación, la radiación solar y el tabaco. Estos factores estresantes se clasifican como «estrés oxidativo». El estrés oxidativo desempeña un papel fundamental en el proceso de envejecimiento. La vitamina C es un potente antioxidante que ha demostrado proteger la piel contra el estrés oxidativo al neutralizar las moléculas de radicales libres. [1]

2. Se puede utilizar para antienvejecimiento:
El estrés oxidativo puede causar daños a las membranas celulares de nuestra piel y una forma en que este daño se manifiesta es a través de la pigmentación, telangiectasias, textura áspera, arrugas profundas y daño a la elasticidad de la piel. [2]
Los protectores solares, aunque necesarios para protegernos de los rayos UV, solo son parcialmente efectivos para bloquear los radicales libres producidos por la exposición a los rayos UV. En un estudio realizado en animales por Farris et al., se observó que la aplicación de un 5 % de ácido ascórbico dos horas antes de la exposición a los rayos UV reducía las arrugas de la piel. [3] Este efecto protector de la vitamina C también se ha estudiado en humanos. Un estudio doble ciego controlado con placebo con 10 sujetos analizó el efecto de una dosis de vitamina C al 10 % durante 12 semanas. El estudio mostró una reducción significativa del fotoenvejecimiento y una mejora en la apariencia de las arrugas. [4]
3. Repone vitamina E:
La vitamina E también es un antioxidante lipofílico que desempeña un papel fundamental en la protección de la piel contra el estrés oxidativo y el mantenimiento del colágeno. Al igual que la vitamina C, sus niveles pueden verse afectados negativamente tras la exposición al sol. [2] Estudios han demostrado que, en conjunto, las vitaminas C y E pueden tener un efecto antioxidante sinérgico, protegiendo la piel del daño solar. [5]
4. Tiene un efecto antipigmentante:
La vitamina C inhibe la actividad de una enzima llamada tirosinasa. Esta enzima es responsable de convertir la tirosina en melanina. Esto significa que la vitamina C disminuye la formación de melanina y, por lo tanto, se considera que tiene actividad antipigmentante. [6] [7]
Un estudio de Hwang et al. demostró que las formulaciones tópicas que contienen un 25% de vitamina C disminuyen significativamente la pigmentación causada por una afección de la piel llamada melasma después de solo 16 semanas de uso constante. [8]
5. Funciona sinérgicamente con tu protector solar:
Varios estudios han demostrado que la vitamina C y el protector solar actúan sinérgicamente para proteger la piel de la radiación UV. Un ensayo controlado aleatorizado con 10 sujetos investigó el efecto de la aplicación tópica de vitamina C al 10 % y protector solar sobre la piel. Los resultados mostraron que la combinación de vitamina C y protector solar proporcionó un mayor grado de fotoprotección que el protector solar solo. El estudio descubrió que la combinación de vitamina C y protector solar redujo el número de células quemadas por el sol, un indicador del daño cutáneo inducido por los rayos UV, y disminuyó el estrés oxidativo cutáneo. [9]
Otro estudio de Lin et al. evaluó el efecto de una combinación de vitamina C al 5 % y un protector solar de amplio espectro sobre la pigmentación y el eritema cutáneos inducidos por la radiación UV en 30 sujetos. Los resultados mostraron que la combinación de vitamina C y protector solar redujo significativamente la pigmentación y el eritema cutáneos, además de mejorar la hidratación y la elasticidad de la piel, en comparación con el uso de protector solar solo. [10]
En conjunto, estos hallazgos sugieren que la combinación de vitamina C y protector solar puede proporcionar una poderosa defensa contra la radiación UV y proteger la piel de daños.
Dicho esto, la mejor manera de incorporar vitamina C a tu rutina de cuidado de la piel es buscar productos que contengan ácido L-ascórbico, ya que es la forma biológicamente más activa de vitamina C y la más estudiada [1]. Otras formas comunes de vitamina C disponibles en el mercado son el ascorbil-6-palmitato y el ascorbil fosfato de magnesio (MAP) [11]. Ambas formulaciones han demostrado ser más estables que el ácido L-ascórbico a pH neutro, a diferencia del ácido L-ascórbico, que requiere un pH ácido para su estabilización, lo que las convierte en buenas opciones.
Estas formulaciones se pueden encontrar en forma de sueros, lociones y cremas.
El porcentaje adecuado de vitamina C que se debe buscar debe estar entre el 8 y el 20 %. Estudios han demostrado que concentraciones de vitamina C superiores al 20 % no aumentan la actividad biológica y podrían causar mayor irritación [12].
Lo ideal sería que también combinaras tu vitamina C con un buen protector solar con una cobertura de al menos 30 SPF o más dependiendo de tu tipo de piel.
Si bien los beneficios de la vitamina C para la piel son evidentes, es importante tener en cuenta que existen algunos riesgos potenciales asociados con su uso. Por ejemplo, las altas concentraciones de vitamina C pueden causar irritación o sensibilidad cutánea, especialmente en personas con piel sensible. También es importante elegir productos de alta calidad que contengan formas estables de vitamina C para evitar posibles efectos negativos.
A pesar de estos riesgos, los beneficios de la vitamina C para la piel superan con creces sus posibles desventajas. Al incorporar vitamina C a tu rutina diaria de cuidado de la piel, podrás disfrutar de los numerosos beneficios de este poderoso antioxidante para una tez sana y radiante. Ya sea que busques reducir los signos del envejecimiento, mejorar la apariencia de las manchas oscuras o proteger tu piel de los factores ambientales estresantes, la vitamina C es un ingrediente que definitivamente deberías tener en cuenta.
Referencias
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